Nadar de forma segura desde tu barco
No hay nada mejor que dirigirse a una zona de fondeo o a un tramo remoto del curso de un río para saltar del barco y darse un refrescante chapuzón. A continuación te ofrecemos nuestros mejores consejos para saltar de tu embarcación sin dificultades.
Elige el lugar idóneo para hacerlo
No todas las aguas son aptas para nadar. En la mayoría de puertos deportivos y varaderos está prohibido nadar por motivos obvios, por lo que deberás dirigirte a una zona más adecuada para zambullirte en el agua. Evita zonas de corrientes fuertes, tráfico marítimo abundante y otras situaciones que lo conviertan en una actividad peligrosa o ilegal.
Para agua dulce, deberás consultar la legislación o normativa en vigor. En verano, la proliferación súbita de floración de algas potencialmente tóxicas puede resultar un peligro en lagos y otras aguas continentales. Por tanto, deberás vigilar qué peligros existen.
La vuelta a la embarcación
Saltar de un barco es mucho más sencillo que volver a subir. Antes de lanzarte, verifica que la escalerilla de acceso, en caso de disponer de ella, funcione correctamente y esté firmemente anclada. Si no la tienes, haz lo propio con el mecanismo para volver a subir al barco.
Si tienes un bote inflable, es buena práctica lanzarlo antes al agua. Si las cámaras no están infladas al máximo, es más sencillo subirse a él y alcanzárselo a alguien en caso de notar que tenga cualquier problema.
Hazlo más fácil
Ten presente que nadar cansa y enfría el cuerpo. Facilita la vuelta a la cubierta comprobando que dispongas de un pasamanos resistente al que poder agarrarse si no estás sumergido por debajo de la cintura, o dispón un cabo al que agarrarse, amarrado a diferentes intervalos y atado a un punto firme situado por encima de la escalerilla.
Si la plataforma para bañarse se vuelve resbaladiza al humedecerse, empapa una toalla vieja y colócala sobre ella para facilitar el agarre.
Apaga los sistemas
Comprueba que los motores de la embarcación están apagados y las llaves retiradas o los botones de arranque deshabilitados. Si tienes un generador o inversor de 110 o 240 V, es un buen consejo desactivarlos también por seguridad antes de que los bañistas vuelvan a subirse, por si se hubiera producido cualquier avería de la que no tuvieras constancia.
Mantener los motores apagados también evita la acumulación de gases de escape en la zona de respiración de los bañistas en el momento de aproximarse al barco.
Activa una alarma
En las zonas de anclaje la atención se desvía rápidamente a las actividades de ocio una vez zambullidos. Conoce las funciones de alarma sonora de tu electrónica para que el sistema mantenga vigilada tu posición mientras tú haces lo propio con cualquier persona que esté disfrutando de un baño. Incluso el Cruise 5TM, el modelo más básico de la gama de chartplotters Simrad®, permite activar una alarma de aguas someras y anclaje para supervisar si la embarcación se desplaza de la zona configurada a tal efecto.
Dispositivos de flotación
Los bañistas con menos fuerza corporal deberán utilizar un dispositivo de flotación personal (DFP). Los más recomendables son los dispositivos de flotabilidad, con los que es más fácil nadar. También deberá evitarse que la tripulación descargue las bombonas de aire de los chalecos salvavidas autoinflables.
Si no quieren usar un DFP, vigile que nunca se alejen demasiado de algún elemento al que agarrarse para mantenerse a flote.
Echa un cabo
Si va a nadarse en aguas con marejada o corriente, lanza un aro salvavidas amarrado a un cabo de flotación que a su vez esté atado al barco. Este servirá de punto de seguridad para quienes tengan una menor fuerza corporal, que podrán alcanzarlo en caso de sufrir dificultades para volver a nado a la embarcación.
Asimismo, estos mecanismos sirven de alerta a las demás embarcaciones para indicar que puede haber gente en el agua. Las motos acuáticas y las lanchas para esquiar pueden no reparar en los bañistas, por lo que esta es también una buena medida de seguridad para estos casos.
También puedes usar juguetes inflables, botes o kayaks inflables a modo de punto de seguridad (¡y también para mayor diversión!); asegúrate no obstante de contar con un punto lo suficientemente resistente como para amarrarlos firmemente.
Otra práctica recomendable es usar aletas, que facilitan mucho la natación a través de corrientes.
Presta atención a la profundidad
Saltar de una embarcación es muy divertido, pero verifica repetidas veces que las aguas sean lo suficientemente profundas en caso de saltar desde una altura o de cabeza. Recuerda que la profundidad que se indica en los instrumentos es la situada debajo de la embarcación, no en los laterales de esta. La cubierta quedará empapada por el goteo del agua de los bañistas: procura que todos actúen con la debida precaución sobre ella antes de elegir un punto de salto.
Secarse una vez de vuelta en el barco
Ten a mano toallas para facilitárselas a los bañistas cuando vuelvan a subir, además de agua potable. Si la embarcación dispone de una ducha de popa, darse un aclarado rápido también es buena idea. Si tuvieras cualquier duda con respecto a la limpieza del agua, ten asimismo jabón ecológico a mano para lavarse.